El macizo del Caroig sigue siendo uno de esos lugares enigmáticos y solidarios que quedan en Europa. El Caroig, ese gran desconocido, es una extensa zona, deshabitada y poco accesible que tan sólo los que sienten la profunda fascinación por el mundo de las montañas mediterráneas, y el afán por conectar con sus gentes, han recorrido sus caminos o se han adentrado en sus barrancos.
El Caroig es todo un mundo de sensaciones en una tierra eternamente olvidada, desconocida, que nos seduce por su propia soledad. Físicamente el Caroig estodo un complejo nudo de montañas, una zona de transición entre el bético y el ibérico, las dos grandes cadenas montañosas que arañan nuestra geografía, y culturalmente una tierra de frontera. Su aislamiento y difícil acceso lo han conservado en relativo buen estado hasta nuestros días, pero el Caroig, como montaña mediterránea, es frágil y cualquier acción humana quedará marcada para siempre.
Pocos son los valencianos que han accedido al Caroig, y pocos también los que ha subido a su cumbre. En nuestra propia tierra, muy cerca de nosotros tenemos una inmensa región natural, un lugar donde la belleza surge a cada paso y ofrece infinitas posibilidades para su investigación excursionista.
Varios son los senderos catalogados a nivel nacional y local llenos de belleza paisajística y numerosos enclaves únicos en el mundo se pueden disfrutar realizando una actividad saludable y necesaria para en cuerpo humano como es el andar.